Siempre que puedo pinto o dibujo, no importa qué o para qué. Lo hago, no lo pienso.
Hace años descubrí que para mi era vital sumergirme en mi arte con cierta frecuencia. Cuando no lo hago, empiezo siempre a sentirme desubicado e inquieto.
Hoy necesitaba pintar, sin rumbo, sin objetivo, y recordé los atardeceres que veo muchas veces en mi parcela.
Es una pintura al acrílico, hecha en papel especial y en tamaño A4. Espero que os guste!