A Miley Cyrus la conocimos hace algunos años con otro nombre: Hanna Montana. Una niña/adolescente que había enamorado a los norteamericanos que llegaron a llamarla “la niña de américa” como símbolo de todas las virtudes de los estadounidenses.
Esta chica en realidad estaba encorsetada a un papel diseñado a medida para representar justamente eso, una niña buena, graciosa, ingenua aunque no por ello carente de inteligencia ni mucho menos, con buen corazón, cara angelical, etc, etc, etc.
Finalmente, cuando pudo, se liberó de aquel papel y se “transformó” en el animal conocido como Miley Cyrus.
Hay quien dice que ha perdido el norte, que las drogas han podido con ella, que la presión, que el dinero, que el éxito…
Se la juzga por su cambio radical de imagen, su vida “escancalosa”, sus canciones y vídeos de alto contenido erótico. Muchos se preguntan ¿no podía haber seguido siendo aquel angelito rubio?
Yo creo que se merece una oportunidad, en realidad trabaja muchísimo y por muy escandalosa que parezca su actitud, más lo fue la de Madonna y hoy la consideramos la reina del pop. También se cambió de nombre el cantante antes conocido como Prince. Y así podría seguir con muchos ejemplos.
Desde aquí le mando un aplauso a esta chica tan valiente y de paso os pongo un retrato de ella.
Por cierto, si pensáis otra cosa de Miley Cyrus, no tenéis más que poner un comentario.
Un saludo!
Miley Cyrus, retrato a lápiz de grafito, tamaño A4, autor: José Manuel Gallego García. retratosyarte.com |